Siguiendo con los posts dedicados a la historia del cine hoy nos centraremos en la aparición del cine sonoro y el gran cambio que supuso en la industria.

El 6 de octubre de 1927 tuvo lugar un estreno que marcó para siempre la historia del cine, se estrenó El Cantante de Jazz de Alan Crosland, considerada la primera película sonora en la que se podía escuchar al actor Al Jolson cantando.

Pero esta incorporación del sonido no tuvo la acogida que cabía esperar ya que algunas estrellas del cine mudo vieron peligrar sus carreras por su mala dicción o porque su voz no cumplía las expectativas, las cámaras perdieron movilidad perdiendo expresividad en los planos y aparecieron diversas complicaciones técnicas en los rodajes para poder registrar correctamente los diálogos.

Entre las estrellas del cine mudo que se resistieron a adaptarse al nuevo cine estaba el gran Charles Chaplin que no se pudo escuchar su voz en pantalla hasta el año 1941 en “El gran dictador”.

Muchas de las nuevas estrellas de cine salieron del teatro o del musical, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Claudette Colbert, Olivia de Havilland, Gary Cooper, Clark Gable, Errol Flynn, Jean Gabin, Edward Robinson o Humphrey Bogart, que llegaron a convertirse en grandes mitos del cine.

Poco a poco los estudios fueron invirtiendo para adaptarse a la nueva forma de hacer cine, insonorizando los platós, empleando nuevos equipos como los micrófonos “jirafas”, evitando así el empleo de las grandes y aparatosas cámaras sonorizadas que restaban esa expresividad a los planos.

En el 1930 se produjo un gran avance gracias a la postsincronización del sonido una vez estaba rodada y montada la película, esto permitía una mayor movilidad de los actores durante el rodaje y añadir efectos de sonido, que ayudaban al espectador a entender la historia.

Con la llegada del sonido los guionistas fueron cobrando importancia, hasta entonces no habían tenido mucho protagonismo, pero ahora sobre sus textos caía gran parte de la responsabilidad del éxito de los largometrajes. Empezaron a llegar a Hollywood muchos periodistas, escritores y dramaturgos, atraídos por la gran oportunidad que les brindaba la renovada industria cinematográfica.

La llegada del cine sonoro supuso el despegue definitivo de la industria de Hollywood, que a  partir de este momento se convertiría en la referencia del cine.

Esta revolución en el cine coincidió con el crack económico de 1929 que ocasionó una Gran Depresión en los EEUU, por lo que el cine fue visto por los ciudadanos como una oportunidad para huir de los problemas cotidianos, triunfando por este motivo los títulos pertenecientes a los géneros fantástico, la comedia, el musical o el cine negro.

En Europa el cine venía marcado por los regímenes políticos existentes en cada país y las corrientes artísticas que fueron surgiendo.

En España la llegada 1931 de producciones extranjeras con sonido puso en riesgo la industria nacional, hasta que un año después Cifesa (Compañía Industrial de Film Español, S.A.) introdujo el sonido en la industria del cine español, llegando a convertirse en la mayor productora cinematográfica en España.