Seguro que los hermanos Lumière no saldrían de su asombro si asistieran a alguno de los últimos estrenos cinematográficos.

Lo que empezó como unos pequeños documentales de unos trabajadores saliendo de una fábrica o un tren llegando a la estación, ha llegado a ser un medio de contar un gran número de historias diversas, que van desde documentales hasta historias llenas de personajes y mundos de fantasía, creados gracias a las técnicas más innovadoras.

A día de hoy nadie puede discutir que los creativos publicitarios españoles pasan por uno de sus mejores momentos. Prueba de ello son los resultados obtenidos en dos de los grandes festivales de publicidad celebrados este año.

Del 28 al 30 de mayo tuvo lugar el Bilbao el festival ‘El Sol’: Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria. En esta edición, en la que el festival celebraba su 30 aniversario, participaron 239 agencias, con un importante incremento de las inscripciones por parte de las agencias españolas.

Ir un paso más allá se ha convertido en santo y seña del cine. A unos efectos especiales que, con el paso de las décadas, han logrado rozar un realismo que asombra por su veracidad se le suma la necesidad imperiosa de la industria por poder contar con, cada vez, mayor realismo. Por ser capaz de recrear cualquier situación de la vida real, algo que incluye de manera especial los rodajes submarinos. Algo para lo que las cámaras de cine subacuáticas se han convertido en un auténtico aliado.

Precisión, nitidez y eficacia. No cabe duda, un auténtico trío de ases de la producción de cine que cuenta con un aliado único: la colimación. Algo que no solo permite rodar a la perfección, sino sobre todo evitar sobresaltos y sorpresas. Y, por curioso que parezca y a pesar de parecer secundaria, la colimación es fundamental para cualquier rodaje.